Buscar este blog

domingo, 1 de noviembre de 2009

De peloteros a pelotudos!

 

CUIDADO UNIVERSITARIO

La muerte de María Paola Vargas, cruelmente arrojada de una couster por unos barristas desadaptados, nos tiene indignados a todos. Y no solo porque se trata de una niña linda que estaba en este mundo para hacerlo mejor (sus órganos les salvaron la vida a cuatro personas porque ella eligió ser donante) sino porque, de alguna manera, nos ha recordado que nos estamos acostumbrando a vivir atemorizados por unos energúmenos que, en nombre del deporte, asaltan, golpean, se emborrachan, estafan y se apoderan de parques y plazas.

Y no me vengan con que es un caso aislado o que el fútbol es un deporte sano que no se mancha con hechos como este. Ese cuento ya no funciona. Al fútbol cada vez es más difícil encontrarle un lado amable: los jugadores se juerguean y han demostrado ser más hábiles con los puños que con los pies. Los dirigentes se perennizan en el poder, crean empresas evasoras y usan los clubes deportivos como fachadas para hacer sus negocios. Los entrenadores se han olvidado de que ganar es un objetivo, y los hinchas (digo los que quedan, porque los decentes ya no van al estadio) tienen confundida la garra con la delincuencia.

Hace tiempo que el fútbol perdió esa mística que lo convertía en el juego que desataba pasiones y nos recordaba que valía la pena luchar por algo. Siempre he pensado que ese sentimiento que todos añoramos no tiene que ver con los triunfos (siendo sinceros, nunca nos han acompañado largos trechos) sino que se desprendía de la calidad humana de los involucrados en ese deporte. De jugadores como Oblitas Cueto o Cubillas, que para los niños de mi generación eran ídolos que entraban a la cancha a romperse el alma para que, en casa, todos gritáramos “goooool”. Está bien, no siempre ganaban. Incluso a veces todo les salía mal, pero al final del partido nos quedábamos con la satisfacción de que los once muchachos se habían roto el alma por nosotros.

Como decía el gran Constantino Carvallo, a quien no puedo dejar de recordar en estos días, nuestros jóvenes y niños no pueden crecer sin héroes. Parte de su formación es reconocer modelos que encarnen el éxito, que luchen contra la adversidad, que representen el coraje, el respeto y la caballerosidad. Lo normal es que los encuentren en el mundo del deporte; sin embargo, en nuestro país la posibilidad de que el fútbol, tan masivo y popular, aporte ejemplos a seguir es remota sino nula.

Está claro que de jugadores ejemplares hemos pasado a tener peloteros juergueritos y, ahora, discúlpenme el término, el fútbol se ha llenado de pelotudos. Por eso, todos los que estamos hartos de tanta decadencia y corrupción; los que no queremos que los barristas delincuentes nos asusten en las calles, los que añoramos volver a gritar gol con orgullo, hagamos las cosas distintas y pongamos las cartas sobre la mesa. Exijamos paz. Pidamos que el fútbol vuelva a ser el espacio de decencia y esperanza que los peruanos nos merecemos.

(Composición de Patricia del Río de Perú21, del 30 de octubre del 2009)

Estoy muy de acuerdo de los vertido en esta columna, que me pareció súper interesante y la tome prestada para compartirla con todos los q se toman el tiempo y afán de leerme; regresando al tema que iba… Es necesario dejar en claro que junto a toda la indignación que trae este hecho, también se debe dejar en claro que cada vez Lima se torna en una ciudad más violenta donde la verdadera libertad ya no existe, no da ganas ni seguridad salir a la calle (donde por simples 5 o 10 soles te quitan la vida), puede sonar excesivo pero es cierto… Además reina la idea de la inoperancia de la Policía Nacional (dicha inoperancia puede ser cierta o no, puede ser fundamentada o no) y que al final se traduce en el festín macabro y desalmado de una tira de desadaptados que, como bien dice Patricia del Rio, esconden sus delitos y fechorías detrás de una careta de hincha…

De esta situación, deberían preocuparse mas los empresarios que trabajan lucrándose con éste “fútbol”, ya que esta tira de desadaptados y sus delitos son producto de todo el cumulo de irresponsabilidades que ellos mismos hacen… Estos hechos son daños colaterales de sus empresas, seria análogo que una empresa minera vierta todos sus desechos a una fuente de agua… Las mineras no se dedican a contaminar (en el sentido que no es el principal proceso que desarrollan) pero estos “desechos contaminantes” si son parte de su “negocio”… Éstas empresas privadas mineras son multadas cuando lo hacen y también existe una normatividad para prevenir y evitar este derramamiento de desechos.

De la misma forma debe haber normatividad y sanción para los empresarios cuyos “desechos” están siendo vertidos en nuestra sociedad, en la cual ellos impunemente salen a “rasgarse las vestiduras” en nombre del futbol… Y se han preguntado estos empresarios, ¿que harían si algún día le sucediera una tragedia como ésta a algún ser querido? ¿O es q además de no tener escrúpulos, no tienen seres queridos?

Tengan en cuenta q muchos de los que participan de estos actos vandálicos con sólo niños (sólo digo por la edad y no por defenderlos), y que si siguen viviendo de esta manera solo están “profesionalizando” su “labor delincuencial”, y q no nos sorprenda encontrarlos mas adelante como delincuentes mas osados y desalmados, sino chequeen este video (que no es el primero ni el único, y abundan en Internet) y que es colgado por un menor de edad q hasta tiene slides en este mismo canal.

Esto es el colmo!

Yo siempre trato de terminar con algo que trascienda mas que lo vertido en el blog… y esta vez creo q trato de hacer un llamado para formar conciencia en la gente q tiene hijos, y q tu como padre q lees esto, veas q ni tu país ni tu hijo van a mejorar con este tipo de cosas, así q yendo mas allá de quejarse y sonar repetitivo (porq esta ha sido la semana de contra el pandillaje), hay q poner manos a la obra y empezar a cambiar las cosas desde nuestra propia casa, con nuestros hijos, con nuestros actos, con nuestro ejemplo…

Etiquetas de Technorati: ,,,

No hay comentarios:

Publicar un comentario